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NO SE ENTIENDE
Una de las cosas malas de escribir a la distancia, es que se está demasiado lejos de las fuentes como para tener un panorama completo de los hechos. Cuando uno escribe sobre un club que se encuentra a 400 kilómetros (y más si lo hace de forma amateur), depende de los colegas que van todos los días a las prácticas y nos brindan su información. Esta información, a su vez, puede ser verídica o no, dependiendo de las declaraciones de los protagonistas (que casi siempre se ponen el cassette y brindan respuestas de rutina). Si bien uno trata de leer y escuchar todo lo posible, a veces hay cosas que se escapan.
Esto me pasó con el caso de David Trezeguet. Está claro que alguien miente en esta historia. Escuché y leí declaraciones de casi todas las partes involucradas, y casi todos tiraron la pelota afuera.
La dirigencia afirma por un lado que le quiere dar espacio a los juveniles. Pero después contrata a Pisculichi (30 años) y busca a un delantero como Pratto, que tiene 26. Entonces, si bien Gallardo ayer mandó a los pibes a la cancha, dio la sensación de que lo hizo porque no tenía a otro y no por respetar un proyecto. Otra declaración de la cúpula, le tira el fardo a Cavenaghi. Parece que el capitán se puso celoso y pidió que el franco argentino no conforme el plantel.
Ante esto, fue el mismo David el que confirmó esta versión, aunque Fernando se lavó las manos diciendo que el no es el dueño del club y jamás podría cerrarle las puertas a un colega.
Es evidente que alguien (o todos) oculta algo. El hecho real y palpable es que David Trezeguet no va a ser parte de este plantel y, ante la lesión de Cavenaghi y la posible venta de Teo, los dirigentes quieren gastar plata para traer un nueve (sonaron nombres que daban escalofríos). Lo que me lleva a preguntarme qué pasa y cuál es la verdad.
Me parece demasiado extraño que Cavenaghi y Gallardo, que alguna vez tuvieron que irse de River por la puerta de atrás, ahora quieran hacer lo mismo con Trezeguet. Es como un círculo vicioso. Es verdad que el club está por encima de los nombres. Como también es verdad que históricamente se trató mal a los jugadores que alguna vez tuvieron un gesto positivo. No se trata de que Trezeguet tenga que ser el nueve titular. De hecho, no creo que le dé el cuerpo para serlo. Pero de ahí a echarlo hay un trecho.
Siendo este un torneo “de transición”, y habiendo sido River el último campeón, no veo porqué no se le dio la posibilidad al ex Juventus de jugar seis meses más y retirarse con la banda puesta. Y más teniendo en cuenta que Cavegol se va a perder gran parte de este torneo.
La excusa de la convivencia en el vestuario parece demasiado débil en un contexto súper profesional. Los que estamos en ventas, sabemos de sobra lo que son los celos y las envidias entre compañeros. Cuando un gerente dice que está armando un equipo de ventas, en realidad quiere decir que va a juntar a varios vendedores que van a velar por sus propios intereses y, como corolario, van a darle utilidades a la empresa. De hecho, hay varias compañías en las que la competencia entre pares (a veces salvaje) es alentada. Entonces, ¿Cómo es posible que dos futbolistas no puedan ponerse de acuerdo para compartir seis meses de trabajo?
Si esto es real, realmente podríamos confirmar que estamos en presencia de gente demasiado egoísta para practicar un deporte de equipo. Es más, esto estaría confirmando la poca muñeca de la dirigencia para resolver este tipo de temas. Si D’Onofrio hubiera querido, como declaró durante la campaña, que David vista la banda, entonces debería haber actuado de forma distinta. Se lo vio mostrándose firme en otros temas y en este flaqueó, o por lo menos dio esa sensación. Aunque para mí, es obvio que ni él, ni Francescoli, querían al francés dentro del club.
Adiós David. Algunos hinchas hubiéramos querido verte con la Banda un poco más. Aunque sea en agradecimiento a lo que hiciste en nuestra época más oscura. Lástima que el club tuvo otros planes. Y uno está demasiado lejos como para entenderlo.
